La tan esperada décima liga de campeones ya está en poder del Real Madrid. La final madrileña celebrada en Lisboa iba a desatar de un modo u otro la euforia en la capital española, que este sábado tras el encuentro era territorio blanco.
Ansiada desde hacía nada menos que 12 años, a la afición merengue no le ha importado esperar durante gran parte de la noche a que los héroes de la final llegaran en autobús desde Portugal.
Finalmente Ramos, Bale y compañía exhibían el fruto de su luchada conquista sobre el Atlético de Madrid por cuatro a uno. El andaluz, empatando en el descuento un tempranero gol de Godín y el galés, que abrió el camino hacia la victoria, enmendaron el error del capitán Iker Casillas en el primer tanto.
Fue histórico no solamente por el décimo título continental de los blancos: era la primera vez que dos equipos de la misma ciudad se enfrentaban en la final y era la primera de la máxima competición europea para los colchoneros desde 1974, cuando fueron derrotados por el Bayern de Múnich.
La policía ha tenido que volver a abrir las calles en un paréntesis con motivo de las elecciones europeas, aunque esto no significa que la fiesta haya acabado. Esta noche el equipo asistirá a una recepción oficial en la sede del ayuntamiento y de la comunidad de Madrid para posteriormente desplazarse al Bernabéu para presentar la “orejona” ante la afición.
