José Vicente Rangel /// Los Confidenciales
*1) Coincidiendo con la realización del III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, en torno al cual proliferaron los pronósticos agoreros de que afrontaba una severa crisis interna y se hallaba al borde de la división, se produjo el pasado miércoles 31 de julio la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo al cargo de secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD.
*2) Se trata, sin duda, de la figura de mayor relieve en ese organismo que reúne a diversos sectores de la oposición y del vocero más destacado. ¿Qué determinó el paso dado por Aveledo? No se requiere ser muy suspicaz para arribar a la conclusión que la motivó. El clima que internamente vive la MUD no se puede ignorar y tampoco restar méritos a la conducción del renunciante, al que le tocó vivir el calvario de múltiples enfrentamientos y permanentes tensiones interna; sin embargo logró sortearlas porque indudablemente creía en el ensayo unitario que adelantaba la oposición y porque además estaba consciente de que la MUD constituía la base de sustentación de su participación en la política y de las aspiraciones candidaturas futuras, lógicas en todo político.
*3) En la oposición, y más concretamente dentro de la MUD, se harán todos los esfuerzos posibles para maquillar el episodio, para restarle importancia, para garantizar que la unidad seguirá marchando. Pero, resulta obvio que no es así, primero porque lo sucedido es consecuencia de la crisis de fondo del organismo, por la feroz e incontrolable lucha interna, por la existencia de tendencias irreconciliables; y en segundo lugar porque la MUD es anacrónica, porque ya no es el modelo que funcionó con relativo éxito hasta que se desataron los demonios, los egos y cada quien decidió hacer su propia política. En la MUD pasó lo mismo que sucedió en la Coordinadora Democrática de los años 2002-2003 que funcionó para una determinada coyuntura, pero luego se desplomó. Ahora pasa igual porque es ese el destino de las coaliciones pegadas con saliva de loro como suele decirse en lenguaje coloquial y en las actuales circunstancias el liderazgo precario de Aveledo fue desbordado. Su figura no cuadraba con la nueva realidad que afronta la oposición, donde todo está por hacerse de nuevo.
*4) Volviendo a la coincidencia en el tiempo entre la renuncia de Aveledo a la dirección de la MUD y la celebración del III Congreso del PSUV, se pueden apreciar las diferencias, por un lado, la fragilidad de una política, la de la MUD, y por otro la fortaleza del chavismo con el logro de la unidad y la proyección de una imagen positiva, de unidad interna en el III Congreso. Son dos políticas contrastantes, una que no acierta, que se deteriora aceleradamente y encara el desafío de reemplazarla por otra en un clima desfavorable y otra que garantiza la cohesión y afianza sus avances.
*5) Nadie podía imaginar que el gobierno de Israel, representante de un pueblo que a lo largo de la historia ha
