España se juega su credibilidad como democracia. No puede ser que, siendo miembros de la Unión Europea, nos veamos continuamente en cuestión por un prófugo como Puigdemont que burló la justicia y huyó.
Si hubiéramos jugado la carta, según Fidalgo, de que no se puede poner en cuestión el derecho de España a juzgar a sus nacionales por delitos cometidos en nuestro país, que el gobierno no lo ha sabido defender, otro gallo cantaría.
Carles Puigdemont es políticamente un 'grano en el culo' no solo para España y los catalanes no separatistas, sino para los propios independentistas, asegura el director de El Catalán.es, porque estando huído de la justicia, ellos dicen que 'exiliado', y fuera de España no puede pedir el voto aquí, lo que beneficia a otras formaciones que compiten con la suya como ERC. Para su formación, 'Junts' supone un gran problema que vida en Waterloo porque no tiene utilidad electoral suficiente.
