Los suyos son los casos más graves y escandalosos de persecución política, pero no los únicos. La concejal de Quilmes Eva Mieri estuvo detenida durante 13 días en el Penal de Máxima Seguridad de Ezeiza, recuperó el martes su libertad tras un fallo de la Cámara Federal de San Martín, que ponderó lo que era claro desde un comienzo: que no existen riesgos ni de fuga ni de entorpecer la investigación, además de su falta de antecedentes. Mientras tanto Alexia Abaigar, otra militante de La Cámpora y funcionaria del Ministerio de las Mujeres bonaerense, llevaba 22 días presa, los primeros 10 en Ezeiza. Seguía detenida en su casa porque la jueza Sandra Arroyo Salgado le había impuesto una caución de 30 millones de pesos. La Cámara ayer redujo la cifra a 2 millones, agregando en el caso de Mieri que, de existir una caución, esta debe ser "razonable". De modo que Abaigar pudo finalmente recuperar también su libertad, tal como había fijado días atrás la Cámara Federal. Organismos de derechos humanos, organizaciones políticas y sociales definen la actuación de Arroyo Salgado -que mereció una denuncia ante el Consejo de la Magistratura- como una lisa y llana persecución política que avanza peligrosamente sobre el Estado de derecho.