En este vídeo aclaro que no estoy en contra de los premios literarios en sí, sino de cómo funcionan la mayoría en España. Defiendo modelos como el Premio Goncourt en Francia o el de la Asociación de la Crítica y Libreros, que premian novelas ya publicadas, con poca dotación económica pero gran prestigio. En cambio, critico los premios nacionales y, sobre todo, los convocados por instituciones públicas, donde a menudo hay sospechas de amaño, falta de transparencia y uso de fondos públicos para luego beneficiar a editoriales privadas.
Repaso cómo hasta los años 80 los premios literarios en España gozaban de seriedad y servían para impulsar carreras literarias, mientras que a partir de los 90 se convirtieron en un “mamoneo”. También señalo la falta de preparación de muchos jurados y reclamo que, especialmente en los premios públicos, se compongan de personas solventes y expliquen con argumentos sus decisiones.
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