Charlie Kirk, activista conservador y figura clave del movimiento ultraderechista en EE. UU., fue despedido este domingo en Phoenix, Arizona, en una ceremonia que recordó a un funeral de Estado. El evento, celebrado en el estadio State Farm con capacidad para 63,000 personas, contó con medidas de seguridad comparables a las de los grandes eventos deportivos del país.
Durante su discurso, Trump calificó a Kirk como un "patriota" y "cristiano ejemplar", y responsabilizó del crimen a "un monstruo radicalizado de sangre fría", en referencia a Tyler Robinson, el presunto autor del asesinato. "Charlie amó a América con todo su corazón, y América le correspondía con ese amor. Hoy es un mártir de la libertad americana", concluyó Trump.
