En el corazón de la bulliciosa ciudad de Panamá, donde el ritmo de la vida a menudo nos hace ignorar lo que sucede a nuestro alrededor, hay un joven que ha elegido detenerse. A sus 28 años, Ronnie de Gracia, un paramédico de vocación, ha hecho de las calles su clínica, y de las personas en situación de vulnerabilidad, sus pacientes. Con un botiquín al hombro y un plato de comida en la mano, Ronnie recorre el área de Calidonia, curando heridas y sembrando esperanza.