La capital ucraniana volvió a ser blanco de un ataque ruso a gran escala en la madrugada del domingo. Cientos de drones y misiles impactaron durante varias horas sobre diferentes puntos de la ciudad y otras regiones del país, causando al menos cuatro víctimas mortales, entre ellas una niña de 12 años, y más de 60 heridos, según las autoridades locales.
Los servicios de emergencia hallaron el cuerpo de la menor entre los escombros de un edificio residencial de cinco plantas en el barrio de Solomianski. En esa misma zona, un centro de cardiología resultó alcanzado, provocando la muerte de otras dos personas.
Polonia, que comparte frontera tanto con Ucrania como con Rusia, desplegó aviones de combate para proteger su espacio aéreo, tras denunciarse nuevas violaciones de la OTAN por parte de aeronaves rusas.
Moscú justificó el bombardeo alegando que el objetivo eran “empresas del complejo militar-industrial ucraniano”, aunque las explosiones dañaron infraestructuras civiles en Kiev y sus alrededores.
“Yo estaba en shock, no escuché mucho... pero oí un cohete durante mucho tiempo, luego una explosión y las ventanas estallaron”, relató Anna, vecina de 26 años, cuyo apartamento quedó destrozado por la onda expansiva.
