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Alfonso Rojo: “El farsante Sánchez tampoco conoce ni a Begoña ni siquiera sabe quién es su hermano”

2025-12-03 427 Dailymotion

Tiene hasta coña.

A la espera de que Sánchez diga que no conoce de nada a Begoña la ‘catedrática’ o a su hermano músico, La Moncloa funciona como un circo de tres pistas.

Con payasos incluidos, porque el amo del PSOE afirma sin ruborizarse que Ábalos, su exministro más poderoso, su ex secretario de Organización y su mano derecha durante más de una década, es “un gran desconocido” para él.

Añade cínico que “en lo personal”, lo que no deja de ser una memez antológica como argumento exculpatorio, porque Ábalos no duerme en una celda de la prisión de Soto del Real ni por putero ni por juerguista, sino porque, aprovechando su poder político y la cobertura que le daba su jefe, se lo ha llevado crudo y ha perpetrado variopintas tropelías.

Tampoco conoce Sánchez a Koldo, compañero de correrías que custodió sus avales y compartió con él seis meses de Peugeot, y por supuesto ni sabe quién es Cerdán. Y todos conocemos la razón de sus olvidos: les tiene miedo.

Por cierto, ha dicho el hijo de Ábalos que Pedro tenía cama en su casa. Curioso esto de no conocer a un tipo en cuyo hogar dormías, con el que te fuiste hasta de casa rural y al que escribías mensajes de WhatsApp enternecedores.

Y acabamos de descubrir que entre las enfermedades contagiosas está la amnesia, porque casi tan surrealista como lo del mandamás socialista es lo de sus acólitos, súbditos y sicarios.

Pilar Alegría, portavoz del Gobierno Frankenstein y baluarte del feminismo oficial, que hace hoy justo un mes -el 3 de noviembre de 2025- compartía mesa y mantel en un restaurante italiano del barrio de Chueca con Paco Salazar —del que se había publicado la víspera que metía mano, mostraba la bragueta abierta y acosaba con cochinadas a sus subalternas en La Moncloa—, califica hoy de “vomitivo” el comportamiento del exasesor de Sánchez y exige su cese inmediato.

Soy consciente de que el electorado tiene enormes tragaderas, pero ya va siendo hora de que los españoles se pongan las pilas, hartos de que el presidente del Gobierno les trate como gilipollas.

¿Hasta cuándo durará esta farsa?