El 5 de mayo de 2007, el vuelo 507 de Kenya Airways se estrelló durante una tormenta poco después de despegar del Aeropuerto Internacional de Duala en Camerún, matando a las 114 personas a bordo. Los pilotos sufrieron desorientación espacial después de que su falla en activar el piloto automático resultara en un alabeo excesivo.