Una semana después del atentado del maratón de Boston, vuelve poco a poco la tranquilidad en las apaisadas calles de Watertown.
Aunque en el escenario del tiroteo final entre la policía y los dos presuntos terroristas quedan huellas difíciles de borrar en la fachada de una de las casa donde todo sucedió y en la memoria de sus vecinos
Loretta Kehayias es una vecina del barrio:
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